miércoles, 25 de marzo de 2020

MANEJANDO EMOCIONES EN TIEMPOS DE CRISIS


Sin lugar a dudas la palabra que más oímos en estos momentos es “crisis”, y para nosotros esa palabra significa “no hagas nada y espera que el agua agarre su nivel”, o “ya valió…”, o “piensa mal y acertarás”, o “no tiene caso tratar nada, las cosas no van a cambiar” y otras cosas parecidas según lo pesimista que seas, pero muy pocas de esas veces somos conscientes de las oportunidades que ésta nos puede traer.

No estoy diciendo que hay que vivir tapando el sol con el dedo como si nada pasará; claro que no, es complicado mantener la mente clara porque la idea “piensa mal y acertarás” retumba en ella. Salvo raras excepciones, somos muy fatalistas y negativos, expertos en encontrar todas las razones por las que todo saldrá mal; sin embargo, esa forma de ver las cosas nos hacen mucho más daño que la situaciones difíciles por las que atravesamos, que en este caso se llama coronavirus y sus consecuencias.

Algo fundamental para salir reforzados de una situación como la que estamos viviendo es el manejo inteligente de nuestras emociones, porque ellas son la diferencia entre fortalecernos gracias  a la experiencia que vivimos o ser víctimas de ella. Y tal vez tú dirás: “pero no es nada fácil mantener la cabeza fría para tomar buenas decisiones”.

Tienes toda la razón, no es nada fácil porque la incertidumbre y los cambios nos hacen pedazos a todos. No estamos acostumbrados a vivir en un mundo en donde lo único estable es el cambio, y a veces suceden en forma muy rápida afectando nuestra rutina de vida. La situación actual es una de esas ocasiones, que ponen a prueba nuestra capacidad de adaptación, nuestra flexibilidad, y la capacidad de ajustar nuestra mentalidad.

Lo más malo no es la situación complicada que vivimos de momento, sino que estamos comenzando a ser contaminados por un miedo paralizante que nos aísla en nuestro mundo mental negativo, impidiendo ver las cosas en su justa dimensión, complicando mucho la comunicación en casa y en el trabajo. Eso hace que generemos problemas que antes no teníamos, que llegan en un momento cuando ya estamos con el estrés al 100.

¿Y que podemos hacer al respecto? Tal vez no está en tu mano resolver lo del corona-virus pero si puedes hacer muchas cosas para manejar bien tu reacción ante la realidad que tenemos enfrente. Al final del post te menciono 8 cosas de aplicación inmediata, pero no dejes de leer todo el material.

Lo primero es caer en cuenta que tu reacción ante una situación depende de la interpretación que le des, y esa interpretación controlará tus emociones, y ellas tu comportamiento. Dejar que en tu mente se arraiguen ideas como "no puedo hacer nada", "no depende de mí", o "no puedo hacer más que dejar que pase la crisis",  crearán en ti emociones de rendición, de pasividad, como son el miedo, la frustración, la ansiedad, los estados depresivos.

Sobra decir que te vas a paralizar, no por la situación, sino por las emociones que tú estás generando por las ideas negativas que estás manteniendo en tu mente. La situación es una cosa y tu forma de pensar sobre ella es otra, y aunque no está en tu mano mucha veces cambiar la situación, siempre está en tu mano cambiar tus ideas al respecto.

El miedo en límites razonables es bueno porque nos mantiene alerta, pero el miedo al miedo es lo que nos paraliza y nos hace estacionarnos en la idea de “pobrecito yo”. Desde el punto de persona y cómo líder en tu grupo familiar o trabajo el miedo al miedo es un lujo que no te puedes dar.

Para poder encontrar soluciones necesitamos tener conciencia de nuestras habilidades y capacidades recordando éxitos pasados para generar en el presente estados de ánimo como el optimismo, la confianza en nosotros mismos, y la convicción de que si se puede porque en el pasado pudimos superar situaciones trabajosas.

Para los mexicanos no es nada fácil desaprender todas las ideas de limitación y escasez aprendidas desde la infancia, que nos llevan a reaccionar en lugar de responder a los acontecimientos de la vida. Sin embargo, situaciones como la que vivimos ahorita nos pueden ayudar a dar ese brinco hacia nuevas formas de pensar y de actuar y funcionar mejor después del coronavirus que antes de él.

En 1983 murió un escritor que en lo personal me gusta mucho porque le entendió bien al asunto del manejo de emociones en situaciones difíciles. Se llamaba Eric Hoffer, y una de las cosas que enseñaba era la siguiente: "En épocas de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro. En tanto, quienes creen saberlo todo, se encontrarán maravillosamente equipados para operar en un mundo que dejó de existir".

Es muy probable que a raíz de esta epidemia nuestra manera de operar en la vida diaria y en el trabajo vaya a tener ajustes impuestos por los gobiernos, como ya se empiezan a ver algunos, y por eso la apertura mental será muy importante para aplicar lo que decía una viejita: “antes como antes y ahora como ahora”. 

Por eso será muy importante que tú y que yo y que todos apliquemos aquello de desaprender y reaprender. Asumir la actitud del avestruz de las caricaturas que escondía la cabeza para no ver lo que pasaba es garantía de sufrimiento y problemas. Te repito que en el mundo actual lo único estable es el cambio y la evolución personal hacia mejores modos de pensar y hacer las cosas. Y eso sólo lo podemos hacer manteniendo mente abierta y aprendiendo nuevos modos de funcionar.

Jugar a “me espero a que el agua agarre su nivel” es perder porque el agua no agarrará el mismo nivel de antes. Y eso no es malo porque con la mentalidad adecuada el nuevo nivel puede ser mejor que el anterior, aunque de momento no nos guste el cambio por los “viejos modos” que todavía controlan nuestra mente.

Está muy claro que en un mundo globalizado donde todo está conectado, y dependiendo de factores que están fuera de nuestro control, como es esta epidemia que empieza en China a miles de kilómetros de nosotros y que hoy nos afecta, la única opción que tenemos para prosperar  es perderle el miedo al miedo aprendiendo a buscar las oportunidades en todo lo que pasa.

Tener miedo no nos hace cobardes ni poco valiosos. Aquella idea de los charros mexicanos de las películas de “primero muerto que cambiar porque ya dije” hoy significa morirnos antes de lo que nos toca, así que te recomiendo no usarla. Debemos aprender a ver los cambios como oportunidades, no como problemas que más vale evitar. Debemos entender que el miedo no es nuestro enemigo, el enemigo es no superar ese miedo al miedo que se nos inculcó desde chiquitos.

El nombre del juego ahora es “Cambio de Hábitos de pensamiento y comportamiento”. Y todo lo relacionado con eso no se puede cambiar de la noche a la mañana, y requiere su tiempo porque los aprendimos desde niños. El problema es que esos cambios no se hacen leyendo muchos libros de superación personal; sólo se pueden hacer a través de la acción.

Por eso debemos aprovechar lo que vivimos en el día a día como un gimnasio de entrenamiento continuo de nuestros músculos mentales, aprovechando cualquier situación que se presente como una oportunidad para dejar atrás viejos hábitos, y aprender nuevas estrategias para enfrentarse a situaciones difíciles, tanto en la vida personal como laboral.

Al enfrentarnos a un acontecimiento, se pone en funcionamiento nuestro sistema de creencias generando pensamientos y comportamientos que dependen de la programación aprendida en el pasado. Esos hábitos de pensamiento y comportamiento nos hacen reaccionar en lugar de responder a lo que pasa en el presente, definiendo las acciones que haremos hoy pero de acuerdo a lo que hicimos en situaciones parecidas en el pasado, y estás acciones determinan el resultado en la realidad física.

Si el sistema de creencias activado es proactivo, se activa un ciclo en el que la situación es percibida como oportunidad, se incrementa nuestra capacidad de adaptación, lo que nos permite encontrar la mejor respuesta a la situación "difícil", y todo ello deriva en una nueva situación de vida mejor que la anterior.

Si se activa el sistema de creencias limitantes y miedosas, se producirá estrés, y esas son malas noticias. La situación es percibida como amenazante, disminuye nuestra capacidad de adaptación, damos respuestas inadecuadas a la situación, se generan grandes cantidades de adrenalina y cortisol en el cuerpo y finalmente nos amarra a sentimientos negativos como al insatisfacción, ansiedad e angustia, y frustración entre otros.

Para evitar que esas creencias limitantes te paralicen hay algunas cosas muy prácticas que puedes hacer. Están a tu alcance y casi siempre tienen la ventaja de que no cuestan dinero. Si las aplicas en tu vida verás buenos resultados porque están plenamente comprobadas:

1.- No uses tu pecho de bodega. Busca comentar con personas capacitadas en el tema y de tu confianza lo que te preocupa y esa persona podrá mencionar soluciones que de momento no se te ocurren. Recuerda que los toros no se ven igual desde la barrera que dentro del ruedo.

2.- Aprende alguna técnica de meditación adecuada a tus condiciones de vida. En el canal de YouTube hay cientos de videos al respecto que te pueden ayudar.

3.- Practica la actitud del agradecimiento a la vida, a Dios, al Universo o a quién tú quieras por todo lo bueno que tienes. Esto aleja tu mente del enfoque de carencia y te permite tener en cuenta todo lo bueno que tienes que te puede ayudar a resolver tus problemas. Deja de lamentarte por lo que no tienes y valora lo que tienes mientras haces algo para conseguir lo que no tienes.

4.- Empieza a darte cuenta de las emociones que generan tus  pensamientos, para que puedas cambiarlos antes de que te hagan pedazos. Muchas veces no puedes cambiar el mundo externo, pero siempre puedes cambiar tu mundo interno eligiendo ideas o imágenes positivas que te hagan sentir bien. Y eso no es fugarse de la realidad, es descubrir que vives en dos realidades al mismo tiempo: tu realidad externa en donde no tienes mucho control y la realidad interna donde si puedes estar al mando. Y recuerda que las dos realidades son reales, sólo que una tiene materia y la otra no.

5.- Cambia tu rutina diaria en forma gradual para adaptarla a la nueva situación de vida. De esa manera será más fácil para tu mente acostumbrarse a ella. Si haces muchos cambios de manera rápida tu mente se va a paniquear y te va a frenar.

6.- Cuida mucho la cantidad y calidad de la información que ves sobre la situación que te afecta. Ahorita, por ejemplo, hay mucha información falsa sobre el coronavirus. Tener mucha información no necesariamente quiere decir estar bien informado(a) y si le haces caso a todo te vas a estresar mucho de forma innecesaria.

7.- Destina parte de tu día para hacer lo que te gusta. Camina, pinta un cuadro, ponte a cocinar si te gusta, saca a pasear al perro, ve una buena película o has algún tipo de trabajo manual como la carpintería por ejemplo. La vida no es sólo trabajar y pelear con la suegra.

8.- Si sientes que la situación se sale de control, debes buscar ayuda especializada en el tema que te mortifica. Todos tus problemas ya están inventados y por eso la solución ya existe, pero tal vez de momento no la conoces y por eso te parece que el asunto no se puede resolver. Ningún ser humano nace enseñado y por eso tenemos que aprenderlo todo, y si no lo aprendes para ti no existe, aunque en la realidad si existe.  



Así que ánimo, los mexicanos somos buenos para superar situaciones adversas como los terremotos que se han presentado, y esta la superaremos también, pero será más fácil superarla con un mentalidad orientada al “si se puede”. Qué estés bien y espero estas ideas te resulten de utilidad. Para cualquier comentario sólo necesitas buscar en el lado derecho de tu pantalla la sección "Para ponerte en contacto conmigo" y desde ahí me lo mandas.




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