Por tal situación, es necesario crear estrategias que promuevan la adaptación y aprendizaje, y esto básicamente requiere en primer lugar reconocer que como personas y empresas siempre podemos mejorar; y en segundo lugar tener la disposición de cambio para reinventarnos cada vez que se necesite.
Esas dos cosas permiten establecer orden y estabilidad entre todos los factores involucrados en el diario vivir. Gracias a ellos podemos analizar información de lo que está pasando para definir y llevar a la práctica nuevas acciones aprovechando al máximo nuestros recursos de tiempo, de conocimientos, de infraestructura y de dinero. Así hay una adaptación ordenada y adecuada a la nueva realidad que se vive.
En el proceso será importante comunicar a quienes nos rodean en el medio familiar o laboral el porqué de los cambios, cómo se pretende realizar el ajuste; y sobre todo, los resultados que se esperan obtener con ese esfuerzo. Sólo así se podrán equipos de trabajo que puedan trabajar en equipo.
Con esa humildad y capacidad de cambio, dejando atrás los “viejos modos”que ya no son funcionales, estaremos orientados hacia el mejoramiento continuo que llevará a alcanzar mejores niveles de desempeño, asegurando así una capacidad de respuesta que no tendrán las otras personas o empresas con quienes compartimos el mercado. Eso genera productividad y eficiencia, que a su vez se traduce en mejores resultados y utilidades.
La competitividad personal y de una empresa se basa en satisfacer en la forma adecuada, oportuna y a precios razonables las necesidades y deseos razonables de sus clientes. Y esto funciona igual si estamos hablando de tu familia, de tu equipo deportivo o de cualquier núcleo social donde te muevas. Tu familia son clientes que desean satisfacer sus necesidades físicas y psicológicas, y tu capacidad de liderazgo e influencia dependerá de tu capacidad para satisfacer sus expectativas, siempre y cuando estas sean razonables.
En tus actividades, tanto a nivel personal como profesional, debe ser una prioridad para tí generar valor; siendo un elemento de cambio que produce mejores niveles de bienestar gracias a resultados tangibles en el entorno. Para generar valor necesitas encontrar mejores modos de hacer las cosas, y para eso necesitas adquirir y compartir conocimientos, facilitando así los procesos de comprensión y adaptación a las nuevas situaciones de vida.
Tu equipo, ya sea familia o subalternos, deben percibir tu liderazgo en un ambiente de libertad que estimula al aprendizaje gracias a la posibilidad de cometer errores en procesos nuevos que llevan a la innovación. El proceso de aprendizaje siempre implica errores mientras se aprende a interpretar la nueva realidad para adaptarse a ella; sin embargo, esos errores sólo son aceptables cuando permiten obtener ventajas competitivas.
Para que este proceso funcione bien las personas involucradas deben ser independientes y creativas con la finalidad de enfrentar un problema, idea o propósito en común. Para que el personal se sienta dispuesto y motivado a compartir sus experiencias y talentos, se requiere de una organización que permita trabajar en equipo, con inteligencia y disciplina, orientando sus esfuerzos en la misma dirección.
El éxito duradero nunca es producto de la improvisación y el “ahí se va”. Requiere enfoque y perseverancia. Por eso el personal que aprende y cambia debe tener la libertad para hacer y desarrollar libremente sus capacidades y talentos, en un ambiente de confianza, donde se sigue un orden que evita el desperdicio de los recursos. Aunque esto se dice fácil, para lograrlo en la realidad se requiere habilidad y visión clara de parte del líder. Es necesario implementar los mecanismos para:
- Generar confianza para pensar, y actuar en procesos innovadores que mejoren el desempeño de la organización.
- Definir una visión y un plan de acción que sea motivador gracias a los resultados que se espera obtener.
- Estructurar claramente las funciones para que puedan ejecutarse, compartiendo por igual la responsabilidad del resultado.
- Empoderar a los participantes para que realicen sus funciones adecuadamente.
- Crear sinergía gracias al trabajo de equipo, que debe basarse en un comportamiento asertivo de todos los participantes.
- Establecer mecanismos de comunicación que permitan compartir experiencias de forma adecuada y oportuna.
Por eso una organización que aprende asegura su permanencia en el mercado, estableciendo una estructura flexible, pero al mismo tiempo ordenada, que comparte información y conocimientos de la forma adecuada para contribuir al desarrollo de competencias de su personal, buscando siempre cumplir los objetivos que permiten materializar la visión y misión de la empresa.